Toma 3

-Las manos no me dejan de temblar. -dice Orlando.
-Tranquilo, hermano.-dice Feliciano.
-Shuuu! ¡Silencio! -exclamó Paquita, asomándose a la puerta. Oyen eso?
-Mierda nos encontraron.
-Orlando, Feliciano agarren esas sillas... Prepárense.
-En el silencio del pasillo se observaba una silueta parecía arrastrándose.
Y entonces del otro lado de la puerta se escucha un husmeo, algo agitado y a la vez desesperado... ¡Clack!_ se abre la puerta
-Paquita retrocede.

No recordaba nada de lo que había pasaba la noche anterior, solo recuerdo la energía con que gritaba mi amigo Orlando acompañado de su novia Paquita.
En un instante sentimos como el aire se volvía más pesado. Y se nos dificultaba respirar, "Corre ctm", me grito Orlando y caí al suelo.
Paquita despertó de una forma brusca y frenética, intentando encontrar a alguien y agarro mi mano, temblaba mucho.
¿Donde estamos?
Al saber que responder, vio a Orlando e intento despertarlo. Empezamos a pedir auxilio y escuchamos a alguien cerca del pasillo.
Mi cuerpo se escarapelo del miedo, solo escuchaba a Paquita, no podía decir palabra alguna.
Solo atiné a oír un olfateo cerca de la puerta. Por alguna razón me hizo estar en calma. Era ella, Olga, el "Perrovaca", parecía que nos había cuidado toda la noche.

Se asomó un hocico, de masa peluda, de patas cortas, que caminaba con elegancia e imponía respeto, me sentí más tranquila, ella era el símbolo sanmarquino, perrovaca.
Ella estaba al lado de un encapuchado que nos pregunto si podíamos seguir con la lucha, yo aún con la mente borrosa, no sabía a que se refería.

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